O eso al menos es lo que ha afirmado Miguel Sebastián, ministro de Industria, esta mañana en FICOD, confirmando que a partir de 2011 el acceso a Internet será un servicio universal, garantizado independientemente de la ubicación geográfica, a un precio asequible, y con una velocidad de acceso mínima de 1 Mbps.
Los operadores de telecomunicaciones deberán tener la capacidad de proporcionar acceso a una conexión de internet de alta calidad y a un precio razonable para todas las residencias y negocios con una velocidad mínima de un megabit por segundo.
Un anuncio positivo, sobre todo para los cuatro millones de ciudadanos que aun no tienen banda ancha y aunque 1 Mbps es una conexión bastante escasa, no deja de ser una buena noticia, aunque llegue con retraso.
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